CONTAR CUENTOS A LOS BEBÉS

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«CÓMO CONTAR CUENTOS A LOS BEBÉS»


Leer cuentos en familia es una de las actividades más provechosas que se pueden hacer con los peques de la casa. Es más que sabido que iniciar la lectura, aunque sea a través de la narración oral, a edades tempranas incide directamente en el futuro hábito lector de los niños. Además, los cuentos les ayudan a entender el mundo que les rodea, a poner nombre a sus emociones, a aprender normas de socialización y, por supuesto, a desarrollar su imaginación, su atención, su memoria y su lenguaje. 

La lectura de historias compartida es, además, una excelente vía para fortalecer el vínculo entre el niño y quien le lee, y si además se establece algún tipo de ritual, como leer un cuento antes de dormir, puede servir para anticipar momentos y crear las tan necesarias rutinas. 

Y aunque a la hora de leer libros infantiles lo importante es dejarse llevar, es cierto que hay algunas pautas o consejos que podemos tener en cuenta para que el “momento cuento” sea más exitoso y el amor por la lectura esté asegurado. A continuación, se facilitan algunos consejos útiles:

  1. Nunca es demasiado pronto para empezar. Cuando hablamos de leer cuentos a bebés, muchas veces nos imaginamos contándole cuentos a un niño de unos dos años. O como mucho, de un año. Error. Se le pueden contar cuentos a un bebé de meses. Sí, sí, de meses. Aunque ni siquiera sea capaz de sentarse. Si sabemos elegir el cuento adecuado, leer a un bebé de tres o cuatro meses es una experiencia increíble, tanto para el peque como para el adulto.
  2. Cántalo.Un cuento cantado siempre es un hit asegurado. Los niños pequeños prestan mucha atención a la voz que ponemos al cantar, y es una forma estupenda de captar su atención y hacer que conecten más con la historia. Prácticamente cualquier cuento para bebés se puede convertir en un cuento cantable, especialmente si el texto rima.
  3. Que sorprenda. En una buena biblioteca infantil no pueden faltar los típicos cuentos Pop-Up, en los que de la página emerge una figura que hará que el niño abra mucho los ojos y mueva sus bracitos queriendo agarrarla. Estos cuentos son geniales, y si el Pop-Up es de animales, mejor ya que da lugar a generar balbuceos y sonidos onomatopéyicos con los ruidos que hacen los animales que son fantásticos para estimular el lenguaje.
  4. Menos es más. Con los bebés, muchas veces, en la simpleza está la clave, y en la mayoría de ocasiones es mejor un cuento con una imagen limpia con un solo dibujo, que el típico cuento lleno de detalles en el que hay que buscar personajes y cosas así. Esos vendrán más adelante, pero especialmente en menores de un año, el clásico cuento de “palabras y dibujos”, uno en cada página, es maravilloso.
  5. Movimiento. Introducir gestos y movimientos al contar cuentos, cosas simples como dar palmadas, llevarnos las manos a la cabeza o mover los pies, divertirá a los niños muchísimo y hará que pidan ese cuento una y otra vez.
  6. ¡Disfrutar! Improvisa, haz el tonto, ríete y sobre todo, hazlo con ganas, porque esas mismas ganas les llegarán al niño que te está escuchando, percibiendo el entusiasmo como un modelo a seguir. 

 

Clara Marín Pelegrín

Periodista y neuropsicóloga

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